Un estudio elaborado por los economistas David Ros y Pere Miret afirma que en la República catalana las pensiones estarían garantizadas, tanto por la creación de cerca de medio millón de nuevos puestos de trabajo en los primeros años —gracias a poder disponer de los 16.000 millones de euros del déficit fiscal y de poder decidir su destino a inversiones públicas o a rebajas en la presión fiscal— como a un acelerado crecimiento del PIB, que duplicaría en 10 años el actual, superando los 400.000 millones de euros. El sistema de seguridad social catalán recibiría unos 3.467 millones de euros por las nuevas cotizaciones, y la administración tributaria de Cataluña ingresaría unos 1.650 millones de euros añadidos.
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